A veces las pequeñas cosas nos hacen sonreír. Como esta pequeña decoración que este verano he puesto en casa.
Es un bol artesanal de barro y esmalte comprado en un bonito pueblo pesquero en el que paramos estando unos días de descanso.
Y dentro he puesto unas cuantas conchas recogidas en la playa. Cada vez que lo miro me hace pensar en verano, descanso y vacaciones. Y me arranca una sonrisa.
Aunque hayamos tenido el julio más frío de los últimos 15 años...
si que es un detalle bonito para la casa! te transporta a la playa en un instante! :)
ResponderEliminarUn saludo!
Beatriz
Si un detall molt estiuenc. T'està quedant un bloc preciós. Un petó.
ResponderEliminar¡Lo contenta que estuve con el julio fresquito y lo agobiadita ahora con el bochornazo de agosto! (^^)
ResponderEliminar¡Me encanta este tipo de decoración! ¡Pon un poco de mar en tu vida! ¡Di que si! El bol es muy cuco. Un besazo, Elena ♥