jueves, 29 de septiembre de 2011

Whole Kitchen nº 10

Aquí os pongo la revista Whole Kitchen del més de septiembre. Esta vez trae como novedad una sección Living con artículos de moda y bienestar muy interesantes.

No os perdáis las recetas de temporada como la ensalada de higos, la tarta de moras y una receta muy fácil para hacer barritas de cereales caseras.

¡Feliz lectura!


lunes, 26 de septiembre de 2011

Calamares rellenos

Los calamares rellenos son uno de esos platos típicos de nuestra cocina que siempre gustan a todos. La verdad es que no son nada difíciles de hacer y es un plato que viste mucho, ideal para cuando hay visitas. 

La receta tradicional los rellena de carne, pero yo los hago más ligeros rellenándolos de cebolla y calabacín. Así son mucho más digestivos pero igualmente sabrosos.


Ingredientes: 
(para cuatro personas)

  • 8 Calamares pequeñitos
  • 1 Cebolla grande
  • 2 Calabacines medianos
  • harina
  • Aceite
  • Sal y pimienta
  • Salsa de soja
  • agua

Procedimiento:

  1. Lavar los calamares y quitarles las patas. Dejar las cabezas enteras y cortar las patas en trozos pequeños.
  2. Picar una cebolla y ponerla a rehogar con un poco de aceite.
  3. Lavar, pelar y cortar el calabacín a dados pequeños. Añadirlo a la cebolla cuando ésta esté bien dorada. Echar una pizca de sal.
  4. Salpimentar las patas de los calamares y echarlas al sofrito cuando los calabacines hayan soltado su jugo y estén blandos y un poco dorados. Cocer hasta que las patas de calamar encojan un poco y cambien de color (se vuelven blancas).
  5. Retirar el sofrito del fuego y con ayuda de una cuchara rellenar los calamares unos dos tercios de su capacidad ya que encogerán al cocer. Cerrar los calamares cosiendo la abertura con un palillo. IMPORTANTE: nos tiene que quedar más o menos una quinta parte del relleno sin utilizar.
  6. Pasar los calamares por harina y en una sartén con un poco de aceite dorarlos un par de minutos por cada lado.
  7. Con ayuda de un robot de cocina triturar bien el resto del relleno de los calamares que nos ha sobrado antes.
  8. Echar el relleno triturado a los calamares, una cucharada de salsa de soja y cubrirlos con agua hirviendo.
  9. Cocer a fuego lento durante unos 20 minutos o hasta que quede una salsa lo suficientemente espesa sin olvidarnos de girar los calamares de vez en cuando.

El tiempo total de la receta es de 30 minutos más el tiempo de cocción y están más ricos si cabe si los haces con unas horas de antelación pero no dejas que se reduzca toda el agua y los terminas de cocer justo antes de servir.

Puedes servirlos bien calientes con un acompañamiento neutro como arroz hervido o un puré de patatas. Y no te olvides del pan: rebañarán el plato.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Maldito Karma (spoilers)

Maldito Karma ha sido una de mis lecturas de este verano. Es un libro que me habían recomendado mucho, principalmente por ser muy divertido y a la vez tener un trasfondo filosófico.

La verdad es que con él me he divertido mucho, incluso me ha hecho reír en algún momento, pero me parece que la parte filosófica patina un poco. Aunque creo, también, que la intención de David Safier (el autor) distaba mucho de querer hacer doctrina budista, sino más bien su intención era escribir una pequeña fábula.



De qué va:

Kim Lange es guapa, famosa, presentadora de televisión, tiene un marido que la quiere, una niña preciosa, le van a dar un premio por su trabajo.... Vamos, una vida para estar contenta. Pero claro, ella no lo está. Así que la noche de la entrega de premios se lía con Daniel, otro presentador, y al salir a la azotea del hotel a fumar un cigarro le cae encima el lavabo de la estación espacial y se muere. ¿Fin de la historia? No, a partir de aquí Kim se va reencarnando en varios animales, empezando por una hormiga, según el buen o mal karma que acumula y pasará diversas aventuras hasta conseguir su objetivo (y suficiente buen karma).

Spoilers:
(No leas este trozo si no quieres que te desvele detalles del libro)

Sin duda alguna la mejor y más divertida parte del libro es el principio. La forma en que Safier narra cuando a Kim se le rompe el vestido en la entrega de premios y la pobre lo pasa fatal, lo que sin duda la empuja a los brazos de Daniel, es realmente graciosa, así como la muerte de la protagonista. Lástima que ese detalle se revele en la propia sinopsis del libro, cosa que le quita bastante efectismo.

Después el libro me ha hecho sonreír más que reír. Lo que he encontrado también muy gracioso son las anotaciones a pie de página de las memorias de Casanova (Sí, el galán del siglo XVIII) al que Kim se encuentra cuando se reencarna en hormiga y me he reído mucho en todas las escenas en las que Casanova ya se ha convertido en gato y Kim vuelve a ser una persona.

En cuanto a la parte filosófica me parece que este libro no le gustaría mucho a un budista. Se trata el Karma muy a la ligera, y se supone que cuando uno se reencarna no recuerda sus vidas anteriores, pero claro, si Kim no las recordara no habría historia que contar.

En conclusión es un libro que me ha entretenido mucho. Es de lectura fácil, amena y que engancha mucho, genial para vacaciones, fines de semana o trayectos en metro. 

viernes, 9 de septiembre de 2011

Aprovecha tus cremas

El artículo de belleza de hoy es un truquito anticrisis. Normalmente cuando ya no sale más crema del tubo pensamos que ya se ha acabado y lo tiramos a la basura, pero en realidad todavía queda bastante crema dentro del tubo que se puede seguir aprovechando.

Hoy os muestro un truco que aprendí de mi madre para no desperdiciar nada de esas cremas. ¡Espero que os resulte útil!

lunes, 5 de septiembre de 2011

Perejil

Tengo la suerte de tener cerca un pescadero, Carles, que me sigue regalando un manojo de perejil cada vez que voy a comprar pescado. ¿Os acordáis de que antes era de lo más normal que te regalaran un manojo de perejil cuando ibas a comprar a la verdulería? Por eso una gran cantidad de nuestras recetas más tradicionales incorporan siempre un poco de perejil.

A parte de tener ese sabor intenso, fresco y tan mediterráneo, el perejil es una gran fuente de vitaminas A, B1, B2, y C, es ligeramente diurético y también contiene magnesio, fósforo, más calcio que la leche y (con permiso de Popeye) es la verdura que más hierro contiene. Así que siempre intento incorporar un poco de perejil fresco a mis recetas.

Yo lo suelo conservar así, con un poco de agua a modo de precioso ramo verde que me alegra la cocina. Y de esta forma, como lo tengo a la vista, nunca me olvido de poner un poquito de perejil a lo que estoy cocinando.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Mi silla Luterma

Un día a la semana es el día de los trastos. Dependiendo del barrio en el que vives es un día distinto, pero el funcionamiento es el mismo: Ese día por la tarde puedes dejar tus trastos delante del portal y la brigada municipal los recoge por la noche para su reciclaje, donación, desguace...


A mí me encanta curiosear por los montones de muebles que deja la gente, aunque lo que suele abundar son muebles y estanterías de la famosa tienda sueca, a veces se encuentran cosas interesantes. Ya se sabe que lo que es un trasto para unos, para otros puede no serlo tanto...

Como esta silla que me encontré un día. Preciosa. En buen estado. Sin carcoma. Estilo Art Déco. Patas  y respaldo torneados. Un dibujo geométrico perforado en el asiento. Me encantó. Me la llevé a casa.

Una vez en casa vi que está firmada por Luterma. Después de investigar un poco sobre la firma resulta que fue fabricada en Estonia a principios del siglo XX y que la fábrica exportó a Inglaterra una gran cantidad de mobiliario doméstico y urbano. Cuando Estonia se anexionó a la Unión Soviética la fábrica cerró. He encontrado poca información en castellano sobre esta firma, pero podéis leer una pequeña historia aquí.

Más que una restauración, la silla necesitaba una puesta a punto. Así que la lavé con limpiador de madera, agua y un cepillo de cerdas no demasiado duras, le apliqué un tratamiento anti-carcoma por si las moscas, reavivé el color de la silla con un tinte muy diluído y así reparar los arañazos del asiento y le di  una generosa capa de cera a muñequilla para nutrir la madera.


Y así quedó una vez restaurada. Es una silla que me encanta, con personalidad e historia. Ha hecho un largo camino y ha tenido una larga vida hasta que se quedó huérfana en la calle y me la llevé a casa. Con un mueble como éste no puedo evitar preguntarme a quién perteneció, cómo sería la decoración a la que acompañaría o qué historias podría contar...


Ahora está en un rincón de mi casa, en plena forma y valorada nuevamente. Una preciosa antigüedad por el módico precio de 0 € y un par de horas de restauración.

Lo dicho, me encanta el día de los trastos.